viernes, 1 de enero de 2010

Los bonos caducan; el de Güemes en 2010.


La principal dificultad para evaluar el desempeño de los políticos y sus proyectos, es que no hay correspondencia entre los éxitos y fracasos que se observan, y los aciertos y destrozos que ellos han provocado con sus decisiones.

El desajuste viene por dos vías; ex ante y ex post.

Ex ante: los sistemas sociales tienen mucha inercia, y estropearlos lleva su tiempo; también arreglarlos (esto incluso más). Además, en ocasiones, los políticos se encuentran administraciones no muy endeudadas (como creo que le pasó a Gallardón en el ayuntamiento de Madrid). Ambas situaciones, la capacidad de vivir de las rentas, o de obtener rentas endeudándose para la legislatura siguiente, son BONOS que facilitan que por mal que se haga se obtengan algunos beneficios, sin pagar un coste político o electoral por los desaciertos.

Ex post: cuando empieza a haber problemas, o cuando no hay más que deudas en el arca de hacienda, también se puede hacer gestión temeraria: jugar al filibusterismo político, o a endeudar a las generaciones venideras; para hacer esto se necesita relajar mucho los principios éticos, y vendarse los ojos para practicar esta gestión temeraria. Si se hace esto, también se obtienen BONOS adicionales para superar la legislatura indemne.

Pero en la Comunidad de Madrid todos los bonos se están acabando. Y además, la gestión realizada acaba pasando factura; el cobrador del frac aparece cada mañana a recordarnos que hemos hecho demagogia y que ahora o hacemos más demagogia, o toca dar la cara.

Supongo que este es el momento donde algunos políticos gustarían de escapar a otra cartera o responsabilidad. Porque esta es otra; en la vida civil, las deudas te persiguen; en la vida política se endosan al siguiente; ¡pobre siguiente!...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Aunque comparto casi plenamente los planteamientos del profesor Repullo, hoy me toca hacer una crítica, (mejor una reflexión), más de forma que de fondo. No me cabe ninguna duda acerca del desastre de la sanidad madrileña, pùes salta a la vista, pero también existe la sanidad en el resto del España, eso que se llama pomposamente el Sistema Nacional de Salud. Y curiosamente en mayor o menor medida los problemas son muy similares, independientemente del color político de quien gobierna.
En mi comunidad autónoma también tenemos un consejero que es un guaperas (no tanto como el de Madrid), prepotente, arrogante y con muy poca capacidad para el diálogo (aquí ganamos o andamos a la par). Más en serio ya, decir que el endeudamiento alcanza límites que rozan la legalidad, que la factura de la sanidad supone ya cerca del 40% del presupuesto de la comunidad, y que sólo el pasado ejercicio hubo que transferir de golpe 100 millones de euros (sic) extra para sobrevivir. Tampoco estamos exentos de tentaciones privatizadoras(con la fundaciones de Jove Y Arriondas, o el hospital de Cruz Roja como estrellas), y con un volumen de actividad privada concertada que supone ya el 30% de la actividad total (de esta "privatización por rebosamiento" se habla muy poco, ya que está feo reconocer que el sistema público universal ya no es capaz de dar asistencia sin recurrir a la sanidad privada). También asistimos al debate sobre la configuración de áreas sanitarias (este parece más sensato que el de Madrid). De amiguismo y enchufismo en puestos de responsabilidad y mandos intermedios podríamos ser una potencia exportadora nacional. Y por supuesto,también tenemos varias familias políticas enfrentadas entre sí dentro del partido que gobierna, las cuales exigen sus correspondientes cuotas de poder e influencia, por lo que es fácil imaginarse la eficacia, el compañerismo y la unidad de acción con la que trabajan la Consejería y el Servicio de Salud No sigo para no aburrir, pero como puede verse, el panorama es bastante superponible.
Mi reflexión se centra en el daño tan profundo que la politización de la sanidad está ocasionando al sistema, y en sus nefastas consecuencias. Creo que en cierta medida, la sanidad pública ya no existe, pues ha sido invadida (en sentido estricto) por los políticos. Ha dejado de ser un servicio centrado en la salud, para pasar a ser moneda de cambio por votos cuando se acercan elecciones, empresas para colocar amigos y correligionarios, etc, etc. Y esto en mi opinión es aplicable indistintamente a cualquiera de los dos grandes partidos gobernantes. Sin duda, un pacto de estado, una nueva ley de sanidad y un esfuerzo por alejar a los políticos de la sanidad en mi opinión serían muy beneficiosos.
PD: resido en Asturias, en donde gobiernan en coalición PSOE e IU, conocida como Paraíso Natural, aunque obviamente no en el tema sanitario. Un saludo Repu.

José Repullo dijo...

¿En todos los lugares cuecen habas?
Gracias, amigo asturiano por el comentario; disculpas por el sesgo de Madrid, pero es donde vivo, y donde he trabajado para organizar la sanidad en mi época de gestión.

Creo que aunque algunas fabes se cuecen en todos lados, en algunos parajes tienen peor cocinado.

Problemas comunes; altos costes de interferencia político; particularmente, pánico a contrariar a un alcalde que quiere tener un hospital o un centro de urgencias o un chare... especialmente si es de "los nuestros"; ¿no es por esto que se metieron en fundaciones para poder hacer hospitales que el INSALUD no quería hacer?; los andaluces pueden contar historias de pícaros de inversiones privadas que obligan a hacer conciertos públicos para no enfrentarse a la población.

Protagonismo, agendas personales, vanidad, etc... todo lo que compone la parte menos presentable de la naturaleza humana está ahí, en todos lados y en diferentes dosis.

Por eso hablamos de un tratamiento general: el buen gobierno; incluso para defendernos de nosotros mismos (si a tí te hicieran consejero - o a mí- seguramente reproduciríamos conductas despóticas inherentes a la cultura establecida, aunque nos consolaríamos diciendo que nuestro despotismo es ilustrado).

La diferencia del cocido madrileño es de grado; la merma constante de competencia técnica, la gestión temeraria y las amistades peligrosas son formidables y configuran un peligro cada vez mayor para la sostenibilidad del servicio público de salud.

Permíteme decirte que en Asturias hay gente muy honesta y comprometida en la dirección del SESPA; me consta, y pondría una mano en el fuego de su honestidad y capacidad de servicio; otra cosa es si son capaces de abrir paso a reformas y cambios... Ojalá pudiérais prestarnos a Elena Arias y su equipo para que vinieran a gestionar el SERMAS

Un abrazo y gracias por tus comentarios.

Repu

Anónimo dijo...

Repu, que razón tienes con lo del cocido madrileño... y menudos ingredientes que utilizan el chef JJ Güemes siguiendo el recetario de la abuela Espe... ay ay ay que el cocido lo ha pagado la financiación pública.....ay ay ay que la olla nueva la ha fabricado un amigo que vive cerca de la calle Génova... ay ay ay que las raciones las vende un restaurante privado... y se las pagan con dinerito publico... ay ay ay que hay pocos pinches en la cocina y los contratan y pagan mal... ay ay ay que cada vez tiene menos ingredientes el cocido.... ay ay ay que se llenaron los bolsillos el de la olla, el del restaurante, los que viven cerca de genova y vaya usted a saber quien mas... ay ay ay que hoy en el menu del cocidito solo queda caldito.

Perdón por el toque de humor...tal vez no sea tan agudo como el de cierto Consejero que redacta diccionarios bastante ofensivos (bastaría eso para que dimitiera) y que ha conseguido desmoronar la sanidad madrileña y sumirla en el mayor de los caos.... dicen las malas lenguas que no solo Ana Sánchez teme el "libro Blanco" de Freire..... no, no solo ella.... dicen las malas leguas que los rizos azbache del consejero se han alisado de golpe.... y es que ese libro blanco va a ser la luz en la oscuridad que tanta falta hace en ese pueblon manchego y aledaños que hoy llaman Comunidad de Madrid.

Gracias de antemano José Manuel por el tiempo y el esfuerzo que supone el "libro blanco" y que esperemos no caiga en terreno baldío.

Un saludo a los profesores freire y Repullo y a los lectores del blog.

Anónimo dijo...

Y hoy además de haber comido cocido madrileño, que se me ha indigestado (vaya usted a saber la razón) sigo no puediendo más que quitarme el sombrero, porque hace ventisca ( y además llueve, lo cual es bueno y me gusta).

Buenas noches Repu y gracias por este blog y tus aportaciones.