viernes, 23 de mayo de 2008

Paren el mundo colegial, que me bajo ... ¿o no?


Juliana Fariña ganó por goleada ayer en las elecciones a la Presidencia del Colegio de Médicos de Madrid.

Este tipo de resultado me lleva más al estupor que a la contrariedad (bueno, a ambos!). El ser humano necesita entender (modelizar) lo que ocurre, para aceptar y digerir la realidad.

He intentado salir del estupor con esta rápida reflexión:

Amaya representa el alma sindical injertada en la profesión tras muchas décadas de asalariado; pero a pesar de todo, el médico no acaba de sentirse plenamente identificado con un funcionario público, y además los colegios de médicos no parecen ser el lugar apropiado para este juego.

Sierra representa el alma profesional, con una versión bastante renovada: un poco en la línea de lo que dijo Kennedy: “no preguntes que hace la patria por ti, sino qué puedes hacer tú por ella ...” O sea, autonomía profesional, auto-organización e independencia frente al ámbito político y administrativo.

Fariña representa una versión del populismo adaptativo; cuota colegial cero, promesas descomunales, enfoque cortesano en la relación con el poder (el cual promete apoyo)...

Los médicos de Madrid (el 20% que hemos ido a votar), parece que no tenemos el cuerpo para pedirnos grandes esfuerzos profesionalistas, ni para extender el tibio enfoque sindicalista hacia terrenos colegiales; la opción por defecto es seguir con Juliana.

Queda pues toda la tarea por hacer; pero esta opción de populismo adaptativo no viene bien ni para la profesión, ni para la organización colegial. Es un paso importante hacia el “lado oscuro de la fuerza”.

Algunos se plantearán lógicamente si pedir que se pare el mundo colegial para bajarse; yo creo que hay que tener paciencia, y, sobre todo, hay que actuar por convicciones.

Cuando cunda el lógico desánimo, la brújula de los valores y la ética de servicio público es la que debe guiarnos ...

Ánimo y a seguir convenciendo a los compañeros que la medicina es algo más que una licenciatura, y los médicos somos mucho más que simples empleados públicos o proveedores de servicios para seguros privados.

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