miércoles, 19 de noviembre de 2008

EL LENGUAJE DE LA CRISIS ECONÓMICA


Aportación al blog de LUIS ANTEL OTEO

Los no expertos en la materia estamos abrumados por el ritualismo y la comunicación simbólica impregnada de alarmante pánico que nos hacen llegar los que dicen saber del problema y no contribuyen, bien al contrario, a mejorar nuestro ya sensibilizado estado de ánimo.

¡Qué jerga tan prebélica Dios mío!... Yo siempre he pensado, como mi admirado John F. Kenedy, que “los problemas que crea el hombre, que los resuelva el hombre”.


Ahora tengo mis dudas ante el lenguaje –que es el espejo en que se mira la inteligencia– exuberante con que nos afligen:


acelerador del crédito

círculo vicioso de la liquidez

tsunami financiero

explosión de la burbuja de activo y crédito

veneración del capitalismo codicioso

derivados tóxicos de crédito

círculo vicioso de la solvencia

capitalismo iluminado

el sancta sanctorum del individualismo depredador

crecimiento alarmante de la dudosidad –antes morosidad…¡el cambio será por lo de la alianza de civilizaciones!–

bancos centrales aterrados

excesivo apalancamiento (operaciones financieras con una proporción cada vez más baja de recursos propios)

turbulencias y volatilidad en el mercado de valores

sequía financiera; avaricia económica –antes llamada espíritu emprendedor–

crisis de confianza –nadie se fía de nadie–

colchones y espirales de liquidez

debacle de la intermediación bancaria

impostura de los reguladores

contagio financiero

recapitalización parcial y temporal

caída libre del cuchillo financiero -a ver quién lo coge–

cierre temporal de los mercados de valores –¡ostias Pedrín!–

recesión grave en forma de U, de L…

hipotecas engullidas

activos estructurados encapuchados

suscripciones “budú”

cheques basura

ingeniería financiera oscurantista

comportamientos especulativos inmorales

psicología del riesgo –aversión o apetito–

esquemas crediticios criminales –¡fuerte eh!–

socialización de la toxicidad financiera

desregulación deliberada del sistema financiero –sin guardias civiles–.


¿alguien se atreve a traducir e importar estos términos al sector sanitario?

1 comentario:

Anónimo dijo...

me recuerda todo a "pongamos que hablo de Madrid..."